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¿Quién es Anandamayi Ma?

¿Quién es Anandamayi Ma?

Ediciones Advaitavidya acaba de publicar un libro que lleva por título Anandamayi Ma. Palabras de la madre.

Swami Satyananda Saraswati nos desvela en el curso de esta conversación quién era Anandamyi Ma y qué aportaron sus enseñanzas al mundo de la espiritualidad. 

Se acaba de publicar Matri Vani, un texto publicado originalmente en dos volúmenes y ahora traducido por primera vez al español. Es uno de los primeros compendios de las enseñanzas y consejos que Ma dio a sus devotos en distintas cartas y charlas. Es un texto de gran profundidad y belleza.

En este libro vemos cómo Ma guiaba a sus devotos a vivir una vida establecida en el dharma y les daba consejos como la importancia de la repetición constante del mantra, desarrollar el desapego, la entrega a la divinidad, seguir la instrucción de un guru, así como muchas de las sutilezas del camino del autoconocimiento.

Afirma Swami Satyananda Saraswati que ha sido un honor poder revisar detalladamente la traducción de esta sublime enseñanza y contemplar la grandiosidad de la vida de Ma, que ha inspirado y guiado a millones de personas en todo el mundo.

 
Pregunta: ¿Quién era Anandamayi Ma?

Swami Satyananda Saraswati: Anandamayi Ma es una de las gurus más respetadas y extraordinarias del hinduismo contemporáneo. Vivió en la India entre 1896 y 1982. Su vida es distinta de la de muchos mahatmas en quienes podemos observar años de intensa práctica y determinación hasta alcanzar la liberación. En Ma no hubo proceso alguno, ya que nació en un estado de plenitud y dicha permanente.

Ella decía sobre sí misma:

«Mi conciencia nunca se ha asociado con este cuerpo temporal. Antes de vivir sobre la tierra, yo era la misma; cuando era pequeña, yo era la misma. Crecí y me convertí en mujer y, aun así, yo era la misma. Cuando la familia en la que nací hizo arreglos para que este cuerpo se casara, yo era la misma; y ante ti, ahora, yo soy la misma. E incluso después, cuando el baile de la creación cambie a mi alrededor, en la sala de la eternidad, yo seguiré siendo la misma».

Ma estaba constantemente identificada con el atman, siendo siempre libre y sin estar afectada por las contingencias de los tres estados de conciencia (vigilia, sueño y sueño profundo).

 
P: ¿Cómo transcurrió su vida?

 R: Desde pequeña era muy agradable y servicial, le encantaba hacer cosas para los demás y se entregaba con una total ausencia de egoísmo. De forma espontánea, de su interior fluía el conocimiento de los mantras, de las mudras y de los rituales, sin que nadie se lo hubiera enseñado; todo ello era inherente en Ma y simplemente se iba manifestando. Sus padres observaban, con cierta preocupación, que en ocasiones quedaba absorta durante largos periodos, sin comprender que la niña estaba en samadhi.

Siguiendo las costumbres tradicionales de la India, se casó de jovencita. Debido a su intensa emanación espiritual, su matrimonio nunca se consumó y su marido, Bholanath, al poco tiempo se convirtió en su discípulo. Su función principal fue cuidarla, ya que Ma a veces pasaba por largas fases meditativas y con muy poca conciencia corporal. Cuando ella volvía en sí, intentaba cuidar de él y de la casa, siguiendo el dharma de mujer casada.

Pasados unos años, Ma sintió la inspiración interior de abandonar su hogar en Bengala y, repentinamente, dejándolo todo, partió junto a Bolanath y otro discípulo en un peregrinaje indefinido por el norte de la India, durante el cual mendigaron su comida y vivieron como sadhus (ascetas). En este periodo, visitaron muchos de los lugares sagrados del Himalaya, llegando incluso a la sagrada montaña de Kailash. También vivieron retirados en lugares apartados, absortos en meditación mientras algún discípulo cercano les proveía de comida.

 
P: ¿Cómo se dio a conocer su enseñanza?

R: Anandamayi Ma no pasaba desapercibida, era un ser luminoso que irradiaba una gran dicha. Solía viajar con algunos devotos y vivía movida por un impulso interior, que ella llamaba kheyala. Con el tiempo, sus devotos crearon varios ashrams en el norte de la India. En el transcurso de su vida, recibió la visita de grandes seres como Paramahansa Yogananda, Papa Ramdas o Swami Sivananda, entre otros. Debido a su estado espiritual y a su sabiduría innata, se convirtió en un referente a quien acudir y, en ocasiones, fue la invitada de honor en reuniones de sadhus y renunciantes. Incluso los políticos de la época —como Mahatma Gandhi, Jawaharlal Nehru o Indira Gandhi— acudieron a ella para recibir su bendición y consejo. Ma dedicó su vida a mostrar el camino hacia la esencia divina que reside en nuestro interior.

 
P: ¿Cuál es la esencia de su enseñanza?

R: Ma era muy dulce, pero en su enseñanza era muy clara, directa y no hacía concesiones, insistiendo siempre en que lo más importante para el ser humano era dedicar la vida al autoconocimiento, por medio del servicio, la devoción, el yoga, la meditación o la autoindagación; para poder alcanzar así la realidad suprema. Para ello, recomendaba seguir una práctica adecuada, mantenerse en compañía de los sabios y maestros, seguir su instrucción y confiar plenamente en la divinidad:

«Los seres humanos deben vivir en la alegría que surge de pensar constantemente en lo divino. El dolor surge de pensar en cualquier cosa que no sea la divinidad. La repetición del mantra, la meditación, la adoración, la lectura atenta de los textos sagrados, el mantener simplemente la contemplación en la divinidad o el uso de otros medios similares, como el kirtan o la música sagrada, son diferentes formas de estar en la presencia divina. Deberías estar siempre inmerso en alguna de estas prácticas; de hecho, nunca deberías estar alejado de la divinidad».

P: ¿Aconsejaba Anandamayi Ma la práctica del hatha yoga?

R:Ma compartía la visión tradicional y milenaria de que el hatha yoga es un medio o ayuda para purificar el cuerpo y la mente para llegar al samadhi. En una recopilación de sus enseñanzas, Ma afirmaba:

«¿Qué significa yoga? Hacer algo con fuerza (…). Si el hatha yoga se practica únicamente como un ejercicio de gimnasia física, la mente no se transformará ni en lo más mínimo (…). Cuando el buen estado físico que resulta del hatha yoga se usa como una ayuda en el proceso espiritual, nada se pierde. De lo contrario, no es yoga. Si la finalidad del hatha yoga no es lo eterno, este no es más que una mera gimnasia».

El libro Anandamayi Ma. Palabras de la Madre se puede adquirir en la web de advaitavidya.org o en librerías especializadas y centros de yoga.

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