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“El yoga es la absorción en un estado de absoluta plenitud”

Swami Satyananda Saraswati: “El yoga es la absorción en un estado de absoluta plenitud”

Publicada en hortanoticias.com porJimmy Entraigües

Swami Satyananda Saraswati es monje y maestro hindú. Nacido en Barcelona, ha vivido la mayor parte de su vida en la India dedicado a la práctica, estudio y contemplación de la tradición del yoga, el advaita-vedanta y el shivaísmo de Cachemira. Fundador de la asociación Advaitavidya, la comunidad Kailas Ashram y de Ediciones Advaitavidya. Es autor de numerosos textos y libros de temática índica como ‘El hinduismo’, ‘Mauna y Sādhanā’, entre otros. Acaba de publicar por la Editorial Kairós ‘La bases del yoga’.

Pregunta: ¿La idea de “ir más allá de nuestra mente” forma parte de la filosofía del yoga?

Swami Satyananda Saraswati: Descubrir el espacio de plenitud, la realidad que existe en nosotros más allá de nuestra mente es, sin lugar a dudas, el auténtico propósito del yoga. Si leemos los textos y las enseñanzas clásicas del hatha-yoga, vemos que todos ellos conducen, por medio de diferentes métodos, al reconocimiento de un estado que trasciende la mente.

Swami Satyananda Saraswati, monje y maestro hindú

P.: ¿Qué significa esto realmente?

P.: ¿No es contradictoria la afirmación de “ir más allá de nuestra propia mente” si es precisamente esta la que nos permite “ir más allá” de sí misma?

S.S:S.: Ciertamente, todo lo que hacemos o dejamos de hacer se debe a nuestra mente. El yogui, a través de ciertas prácticas y disciplinas, va aquietando su mente hasta llevarla al estado de no mente, o bien, a un estado de no identificación con esta. Queda absorto en una conciencia libre y plena, que no está afectada por ningún movimiento mental. Tal como afirmas en tu pregunta, es por medio de la mente que esta misma es trascendida, esta es la culminación del yoga. Hace falta entender bien que trascender la mente, o permanecer en un estado de no mente, no conduce al yogui a un estado en el que no pueda actuar, pensar adecuadamente o discernir, sino todo lo contrario: al estar establecido en la conciencia testigo, su mente tiene mucha más presencia, habilidad y luminosidad.

P.: ¿La meditación forma parte de la práctica del hatha-yoga?

S.S.S.: Ciertamente, es una de sus partes más importantes. Hay una fase del hatha-yoga que se denomina externa (bahiranga) en la que se incluyen las posturas físicas (asanas), cierres energéticos (mudras y bhandas), ejercicios de respiración (pranayamas), dieta adecuada, conducta adecuada, etc. Todas estas prácticas externas del hatha-yoga tienen como objetivo capacitar al aspirante para la práctica del yoga interno (antaranga), que corresponde al estado en el que el yogui sigue una práctica de concentración y meditación, hasta llegar a la absorción (samadhi), que es la meta final de este camino milenario; la plenitud interior o liberación (kaivalya).

P.: Cuando usted, con 20 años, viajó a la India en su búsqueda espiritual ¿qué encontró?

S.S.S.: Después de un tiempo profundizando en la práctica meditativa, sentí la necesidad de encontrar a un maestro que me guiara en este camino, por lo que viajé a India. Allí, tras unos meses de búsqueda desde los Himalayas hasta la gran planicie de la India central y, tras entrar en contacto con varios maestros, swamis, lamas y yoguis, tuve la buena fortuna de conocer al que sería mi maestro y me guiaría en el proceso del yoga, Swami Muktananda. Junto a él, por la emanación de su energía, pude experimentar el sagrado tesoro que todos tenemos en nuestro interior. Esto, ciertamente, cambió profundamente la visión que tenía de mí mismo y del mundo. A partir de ese momento, mi meta en la vida fue descubrir plenamente esta sublime realidad interior.

P.: Según la sabiduría tradicional del hatha-yoga ¿cuál es la relación de la conciencia con el cuerpo? ¿y con los sentidos?

S.S.S.: Según la filosofía yóguica existe una conciencia que es la que permite al cuerpo, los sentidos y la mente ser conscientes. Hay una conciencia detrás de todo lo que existe. Cuando miramos algo, es el sentido de la vista, unido a la mente, el que nos permite ver; pero lo que hace posible esta experiencia es la consciencia que es consciente de todo ello. El yogui, en su proceso de interiorización, va más allá del cuerpo, de los sentidos, de la mente y del intelecto y se absorbe en aquello que es lo más esencial en todo lo que existe, la conciencia.

P.: ¿Cuál es la auténtica meta del Yoga?

S.S.S.: El libro intenta exponer las bases de la gran tradición yóguica por medio de los textos y de las enseñanzas de los maestros más relevantes y muestra, a la vez, cómo a lo largo del último siglo esta milenaria disciplina ha ido quedando reducida a ejercicios físicos muy cercanos a la gimnasia, por no hablar del tremendo mercado que se ha generado a su alrededor en la actualidad fruto de la obsesión corporal. En la actualidad, un gran número de personas practican un yoga puramente postural, dejando de lado y olvidando la meta real del yoga, que es el autoconocimiento. Ciertamente, en el camino del yoga, por medio de la purificación del cuerpo y armonizando la respiración y la energía vital, el practicante va entrando en espacios de mayor concentración y aquietamiento mental, pero es muy posible que millones de practicantes de yoga postural moderno raramente hayan oído la palabra samadhi o absorción. Esta absorción es el corazón y la auténtica meta del yoga.

Portada del libro.

P.: La mayoría de gimnasios en nuestro país ofrecen clases de yoga a sus usuarios, incluso podemos encontrar numerosas prácticas de yoga y meditaciones guiadas online, por ejemplo, en YouTube, ¿qué opina al respecto?

S.S.S.: No podemos emitir una opinión general de estas clases ni enseñanzas. Que una enseñanza tan profunda como el yoga se encuentre en los gimnasios no deja de ser algo sorprendente, pero conozco a excelentes profesores de yoga que han ahondado en esta cosmovisión y que también dan clases en gimnasios, por lo que no sería adecuado juzgar el nivel de la enseñanza por el lugar en el que se da. Pero si, como sucede habitualmente, la enseñanza del yoga se convierte únicamente en movimientos corporales y de respiración, dejando de lado su profunda metafísica y olvidando que su meta y su propósito es llevar al practicante al aquietamiento mental para que descubra Aquello que está más allá de la mente, entonces deja de ser yoga y lo que se enseña, como es muy común, son series de movimientos corporales. En cuanto a la enseñanza online, para mí no deja de ser algo extraña, pero muchos profesores y alumnos se han visto prácticamente obligados a ello debido a las peculiares circunstancias que hemos vivido estos dos últimos años. Una enseñanza adecuada de yoga es mucho más fructífera estando cerca del profesor o del maestro que la imparte, ya que existen muchas sutilezas, no solo en los movimientos corporales (asanas) o en las prácticas de respiración (pranayamas), sino también en los métodos para llevar al practicante a la cesación del pensamiento.

P.: ¿Qué opina de la cultura occidental?

S.S.S.: Tras varias estancias en la India, de joven me establecí en este país y viví allí durante más de 25 años. Hace unos doce años regresé a Cataluña y me instalé de nuevo aquí. Amo profundamente esta tierra, su antigua cultura, sus tradiciones y su gente. El tesoro que descubrí en la India existe en mi interior y en el interior de todos los seres. En occidente, debido a las ideologías vigentes existe una tremenda ausencia de metafísica y de una cosmovisión sagrada de la vida. Todo parece regirse por la economía, la ganancia y la rapidez; da la impresión de que para que algo ocurra debe ser rentable. Los estados conciben a sus súbditos como meros productores y consumidores que, por encima de todo, deben pagar sus impuestos. Ninguna de las ideologías vigentes podrá conducir a la población de Europa a un estado de mayor felicidad. El bienestar material no lo es todo, prueba de ello es que en países donde existe esta abundancia observamos altas tasas de suicidio. El hombre necesita una cosmovisión sagrada y una concepción metafísica para vivir, tal como vivieron durante milenios muchas de las antiguas culturas de la tierra. A mi modo de ver, el hombre moderno, aunque disfruta de abundantes productos y muchas comodidades, interiormente es un hombre empobrecido. En el mundo tradicional, los poderosos reyes ofrecían sus respetos a los sabios, quienes a veces no poseían ningún bien material sino la sabiduría y el conocimiento, que es la única causa de plenitud y dicha para el ser humano.

P.: ¿Quién es usted? ¿Cómo lo sabe?

A nivel relativo, mi nombre es Swami Satyananda Saraswati y estoy respondiendo ahora a estas preguntas. A nivel real, soy Conciencia y Dicha trascendente, más allá del nombre y de la forma. Esta es la experiencia que se revela cuando el yoga da su fruto.

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