Así es el centro de yoga e hinduismo que logró repoblar una aldea de Zamora
En el grupo hay dos madres con bebés y un niño de dos años
Con medio centenar de vecinos en su mayoría jubilados, Brandilanes (Zamora), como muchos otros pueblos de la España vaciada, caminaba lentamente hacia su desaparición hasta que un proyecto asociado al yoga y el desembarco de una comunidad hinduista ha logrado reflotar y rejuvenecer ese pueblo de “la raya” fronteriza con Portugal.
Lo que antes era un centro de turismo rural se ha convertido en alojamiento permanente para una veintena de personas llegadas de la comarca del Vallés de Barcelona, entre los que hay teletrabajadores y voluntarios que acondicionan las instalaciones para convertirlas en un espacio de meditación de referencia para adeptos a la filosofía hinduista. La coordinadora del grupo, la argentina Mireia Fresno, explica que estuvieron buscando un lugar de paz y tranquilidad por distintos lugares, primero en Cataluña y luego en toda España, hasta que llegaron a Brandilanes y decidieron adquirir la casa rural del pueblo.
En el grupo hay dos madres con bebés y un niño de dos años, por lo que están “colaborando a que la población aumente”, detalla Fresno, que se muestra muy agradecida con la acogida en el pueblo, ya que algunos vecinos se acercan a traerles verduras, otros les preguntan qué necesitan y algún trabajador de la construcción incluso les ayuda en la rehabilitación.
Ya tienen listo el edificio principal del futuro centro, con habitaciones para medio centenar de personas. Vecinos del pueblo como Ángel Martín, ya jubilado a sus 64 años, saludan la llegada de forasteros. “Ojalá vinieran más, porque quedamos cuatro”, asegura, para recordar que la casa en la que se han instalado llevaba cerrada bastantes años. “Si no viene esta gente sería una escombrera”.