«¿Dónde han ido los dioses? o ¿dónde hemos ido nosotros?
Nuestros antepasados griegos no dejaban de dirigirse constantemente a los dioses. En muchas ocasiones oraban buscando protección. Llevaban a cabo rituales para propiciarlos y aligerar su condición limitada. Consultaban los oráculos para asegurarse de sus decisiones. Ofrecían libaciones. Dejaban de comer y llevaban a cabo practicas ascéticas para propiciarlos. Participaban en numerosas celebraciones para honrarlos. Los invocaban constantemente; a veces mostrando su agradecimiento o incluso sus quejas o indignación.
Para recuperar la sacralidad de la vida, es necesario reconocer que los Devas no son algo externo a nosotros, sino que ya existen en nosotros siempre.
En el hinduismo, ante un importante ritual de adoración, el primer paso se denomina nyasa, en que el adorador, instala a la divinidad en las distintas partes de su cuerpo. En el lenguaje del tantra: Solo Shiva puede adorar a Shiva».