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Swami Satyananda: “Si el ser humano cambia, la sociedad cambia”

Swami Satyananda: “Si el ser humano cambia, la sociedad cambia”

24.09.2014

(Jesús Bastante).- Swami Satyananda es autor de “El Hinduismo”, editado por Fragmenta. Una introducción a esta tradición milenaria en la que el autor ha profundizado durante los 30 años que pasó en la India estudiando y meditando en monasterios.

A diferencia de otras disciplinas orientales, Swami cree que “el hinduismo nunca ha estado de moda porque es una religión que requiere un cambio de tu manera de entender el mundo”. Sin embargo, describe la religión como una “tradición muy cerrada pero a la vez muy abierta”, y valora que no da “una sola respuesta”.

“Una de las grandes bellezas del hinduismo es que no es dogmático”, opina, por último, el fundador de la Asociación Advaitavidya.

¿Qué es el hinduismo?

 

El hinduismo es una tradición milenaria, muy antigua, basada en la comprensión del orden del cosmos. Hay hinduismo por todo el mundo,aunque hoy en día está arraigado sobre todo en la India.

¿Cuántos fieles hay aproximadamente en el mundo?

Unos dos billones. Hay que tener en cuenta que la población india es muy alta y que en Nepal también hay muchos hindúes. En EEUU hay dos millones, y en Inglaterra también bastantes.

Es decir, que es de las religiones más mayoritarias del mundo…

Sí. Creo que es la segunda más importante del mundo a nivel de números.

¿Qué es el cosmos para los hindúes?

Es una emanación de la divinidad. Divinidad que existe dentro de nosotros. Hay unidad entre la divinidad externa y la divinidad interna.

¿Significa eso que somos “un poco Dios”? ¿Es esta idea compatible con el esquema que tenemos en Occidente de un Dios Creador que se relaciona con sus criaturas?

Una de las grandes bellezas del hinduismo es que no es dogmático: no hay solo una respuesta. Hay escuelas hindúes que dicen que somos de manera separada de Dios, escuelas que dicen que somos parte de Dios, como la chispa de un fuego; y otras escuelas que dicen que somos parte de la esencia de la divinidad, sin diferenciación. Para esta última, la esencia del ser humano es la esencia de la divinidad. Yo pertenezco a esta corriente, la de las escuelas no duales.

¿Es el hinduismo una religión, o un modo de vida?

Es una religión en el sentido de que quiere religarse con el Absoluto, en el sentido más etimológico. Pero no es una religión tal y como las conocemos, con sus dogmas, su libro sagrado, su Mesías, sus profetas y su jerarquía.
Dentro del hinduismo hay muchas posibilidades de búsqueda. Hay tolerancia hacia muchos métodos y sistemas distintos. Hay quien va a los templos y hay quien piensa que el templo es innecesario. Hay quien hace meditación y hay quien nunca ha meditado. Hay muchos acercamientos posibles. Ofrece grandes posibilidades al ser humano.

¿Hay un hinduismo agnóstico?

En cierta manera sí. Una de las cosas en las que cree el hinduismo es en el dharma, el dharma eterno. Pero dentro de esta creencia compartida hay escuelas que tienen un punto de vista más materialista, y nunca ha habido luchas o peleas por esto. Ésta es la belleza de la comprensión: que da la enorme libertad al ser humano de buscar según sus propias potencialidades y sus propios talentos.

¿Cómo te aproximaste al hinduismo?

Siendo joven, en una clase de Religión en la España franquista, el cura católico que era el profesor estaba hablando de las distintas religiones. Nombró el hinduismo y la Bhagavad Gita, y a mí me dio curiosidad. Entonces este profesor, que era una persona abierta, me dejó una copia de la Bhagavad Gita. Esto tuvo un fuerte impacto en mí. Empecé a practicar meditación, a practicar yoga, me hice vegetariano… y a los 20 años me fui a la India en busca de un maestro, de una guía. Porque aquí en aquella época había pocos libros.
Primero fui a ver al Dalai Lama, porque pensaba que quizás el budismo sería la respuesta para la profundización que yo necesitaba. Pero no fue así. Así que estuve viajando hasta que encontré a mi maestro, que me inició en el mundo de la meditación, de la comprensión y del estudio de los textos. Allí pasé casi 30 años.
Me di cuenta de que mi vocación era monástica, que yo quería dedicarme plenamente a esto. Así que no formé familia ni nada, sino que estuve viviendo una vida de austeridad, estudio y contemplación.

¿Cuándo decidiste regresar?

No decidí regresar. Yo los últimos años venía anualmente a España a enseñar a grupos de personas, y en la última de estas visitas simplemente me quedé. Pero no fue una decisión planificada. Simplemente me siento bien enseñando a las personas, aportando este conocimiento a la cultura de España y de Cataluña. Es un tema muy desconocido aquí, y la verdad es que me siento feliz haciendo esto.

¿Crees que las disciplinas orientales relacionadas con la meditación están o han estado en algún momento “de moda” entre determinados grupos? ¿Cómo afrontas la vivencia de tus creencias en una sociedad en la que no sólo son minoritarias, sino que además son consideradas un cliché?

El hinduismo nunca ha estado de moda, porque es una religión muy primordial. Requiere un cambio de tu cosmovisión, de tu manera de entender el mundo. En el caso del budismo, sí que es cierto que ha habido una especie de moda. Pero esto también tenemos que entenderlo desde el punto de vista de que el ser humano está en búsqueda. Nos encontramos en un mundo absolutamente materialista, que nos envía el mensaje de que podemos producir y consumir. Nada más. Por eso necesitamos seguir la búsqueda del espacio de paz, de silencio y de inmensidad que existe en nuestro interior. La meditación es la puerta que nos lleva a ello, y el hinduismo es una de las muchas respuestas que podemos encontrar.

Alguien que quiera ponerse en contacto con la espiritualidad hinduista, ¿tiene que seguir una serie de pasos, o no hay un proceso establecido?

Cada persona es su propio proceso, pero lo que es indispensable es encontrar a alguien que sepa y que pueda guiarte un poco, o bien encontrar algunos textos que puedan dar una introducción correcta a esta tradición. Es lo que he pretendido yo con este libro.
Esto posiblemente te llevaría a la meditación, te podría llevar al yoga… y poco a poco se irían dibujando los siguientes pasos. Depende de cada persona.

¿Ser vegetariano es un “precepto” del hinduismo?

Yo soy vegetariano desde joven, pero hay personas que nunca se han planteado tal posibilidad. Si practicas meditación intensa te das cuenta de la relación entre el alimento que consumes y el estado de tu mente. En ese sentido, hay alimentos que producen menos actividad mental, y que por eso ayudan al proceso de meditación.

¿No tiene que ver, entonces, con que os neguéis a comer seres vivos?

También, por supuesto. Ésa es la dimensión de compasión: si puedo alimentarme con lentejas, ¿por qué tengo que matar un cabrito cada día? Se prefiere dejar vivir a esos animales.

¿Cuál es la visión del hinduismo sobre la vida en sociedad?

El hinduismo, aunque se suele relacionar solamente con la meditación, el alejamiento y la renuncia, no es solamente eso. En la Bhagavad Gita, que es una de las Escrituras más importantes, Krishna le enseña a su discípulo una serie de pautas para vivir. Llega un momento en que hay una guerra, que fue una guerra real, histórica, pero también es una guerra que simboliza la lucha que tiene el ser humano cada día, que puede elegir entre hacer acciones que lo eleven o acciones que lo degraden. Puede tomar decisiones que lo ayuden a ser más feliz, o justamente lo contrario.
El hinduismo es una tradición totalmente integrada en la vida total. Existen cuatro metas de la vida: una el dharma, que es vivir en armonía, buscar aquellas acciones que son armónicas para ti y para los demás. La segunda es la satisfacción de los placeres sensoriales (dentro del dharma, de la corrección). La tercera es generar riqueza para ti y para los demás. Y la última es vivir también con un propósito más elevado: la liberación, el reconocimiento de tu esencia.
Es una tradición que integra todos estos estratos, cosa que si fuera una religión puramente monástica, no haría.

Pero hay gente dentro del hinduismo que, como tú, elige la vida monástica…

Exacto. Dentro de la tradición, con todas sus posibilidades, existen dos caminos: el de la renuncia o el de la vida involucrada en el mundo (tener familia, generar riqueza, ayudar, intentar construir una sociedad mejor…). Por tanto, es una tradición muy anclada en la vida social, en la relación con los demás.

¿Crees que todavía estamos a tiempo de alcanzar una sociedad mejor?

Yo creo que sí. Si el ser humano cambia, la sociedad cambia. El problema es que a veces queremos cambiar la sociedad sin hacer el cambio nosotros. Son nuestras propias negatividades las que se manifiestan fuera.

¿Cómo vives desde tus creencias la crisis económica y social a la que asistimos, la indignación reinante, la sociedad que se va deconstruyendo por sus propias costuras…?

La crisis financiera que vivimos casi seguramente ha sido provocada de manera expresa, porque el resultado más inmediato que ha tenido es que los ricos más ricos se han enriquecido muchos más. Crisis, ¿para quién? Para millones y millones de personas, no para los lobbys que se siguen enriqueciendo. El mundo está en manos de unos pocos, pero llegará el momento en que esto caiga. Y es fácil que caiga pronto, porque la situación está llegando a su límite.
Nuestra forma de vivir es la del hombre económico. Pero el hombre no puede ser sólo economía, producción y consumo. El hombre necesita algo más, otra forma de vivir. Necesita una cosmovisión, sentido de ayuda al prójimo y de compasión por los demás. Así que espero que llegue el momento en que esto no sea sostenible.

¿Qué labores de acompañamiento realizas en Barcelona?

Retiros y enseñanzas personales a grupos. La gente puede acudir las veces que quiera, siempre libremente. Suelen ser grupos de 50 o 60 personas, o encuentros más pequeños.
Los encuentros giran en torno a una enseñanza sobre un texto del hinduismo, por ejemplo el Mahabharata. Suelo hablar unos 45 minutos o una hora, hacemos preguntas y respuestas. Luego solemos cantar un mantra, para favorecer el aquietamiento de la mente para la meditación. Y luego nos dispersamos tranquilamente, intentando integrar esta enseñanza, este encuentro que se ha producido en nuestro interior.

¿Dónde se os puede encontrar?

En la página web www.advaitavidya.org.

¿Por qué elegiste Fragmenta para publicar tu libro?

No sé si elegí Fragmenta o si Fragmenta me eligió a mí. No estoy seguro de qué pasó, pero me encontré con Ignasi, el editor, y hubo mucha empatía. Así surgió la propuesta de hacer una introducción al hinduismo en catalán, que salió hace dos años, y ahora ya está en castellano. Para mi fue un proceso muy interesante llevar a 150 páginas una tradición tan inmensa.

¿Cuando viajaste a la India, tuviste una especie de “noche oscura”, como dicen los místicos españoles? ¿Te preguntaste en algún momento qué hacías ahí?

No, nunca. La India me acogió muy bien, y la razón por la que estaba allí (para estudiar, para profundizar, para meditar, para vivir en monasterios…) siempre me dio mucha satisfacción.

¿Es fácil para un occidental participar de una cultura tan distinta en un país extranjero?

Bueno, la tradición hindú es muy sabia, porque es muy cerrada y muy abierta a la vez. Los hindúes tienen una especie de olfato especial para detectar la preparación que tienen las personas que se acercan diciendo que quieren aprender. Si tu deseo es genuino, te irás acercando poco a poco y podrás vivir toda la tradición desde dentro. Yo he podido compartir con personas muy ortodoxas dentro del hinduismo con total cercanía.

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-Una de las grandes bellezas del hinduismo es que no es dogmático, no hay solo una respuesta
-El hinduismo nunca ha estado de moda, porque es una religión que requiere un cambio de tu manera de entender el mundo

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